En anteriores entradas de esta serie os hablábamos sobre un par de movimientos muy interesantes que luchan por una vivienda digna: V de vivienda ^[1] y Casas Tristes ^[2]. Como ya sabeis, esta gente se preocupa de que todos podamos acceder una vivienda sin empeñar nuestra vida y la de nuestros hijos que heredarán la hipoteca.Pero ¿qué pasa cuando ya tenemos nuestro un bonito piso?. Aunque queramos, en muchas ocasiones no nos podemos relajar. Por supuesto el tema de la hipoteca nos seguirá preocupando durante más de 20 años. Pero a veces factores externos vienen a dar al traste con lo que pensábamos que iba a ser nuestra vida en la casa…Uno de los factores que más influyen en la decisión de la compra de una vivienda es su situación. Los promotores muy a menudo nos prometen que vamos a vivir en una zona fantástica, y por nuestra cuenta tratamos de averiguar que planes tiene el ayuntamiento para el barrio. Pero por desgracia frecuentemente unos años más tarde puede haber una conjura entre poderes políticos y económicos que transformarán nuestro barrio para siempre (y para mal).

Precisamente mientras escribía esta entrada en cienladrillos ^[3] nos hablan de la instalación de un crematorio al lado de unas viviendas. Pero hoy os voy a hablar de otro caso que los vecinos de Alicante llevan arrastrando durante años: el puerto de Alicante. Para sus vecinos todo pintaba muy bonito cuando compraron sus casas. Vivirían en una zona bien comunicada, frente al mar, con paseo marítimo y puerto comercial. Pero en 2.006 cambió el uso del suelo de la ampliación del puerto de comercial a industrial. Desde entonces hay una confrontación constante entre vecinos de Alicante y las autoridades del puerto. Quizá una de las más importantes es la lucha contra la instalción de una planta de biodiesel. Desde la Asociación de Vecinos Gran Vía Sur ^[4] denunciaron que poner una planta de biodiesel ahí contravenía varias normas, entre ellas una que dice que es planta debe estar a más de 2 Km del núcleo urbano (y la planta estaría a escasos 1.200 m). Tras muchas idas y venidas, manifestaciones cuidadanas, etc. parece que el ayuntamiento les dio la razón y negó la autorización. Actualmente el proceso se encuentra en los tribunales.

Para rematar la faena, cuando parece que tenían una batalla ganada, llegaron las cementeras. Varias empresas quieren instalar silos de cemento que superarán los 55 m. de altura (cuando la máxima permitida en esa zona es de 12 m.). Además del importante impacto visual, está el problema para salud que representan las posibles nubes de polvo que puede originar, según la Plataforma en Defensa del Puerto ^[5].

La polémica se ha extendido por la red, llegando incluso a la Wikipedia ^[6] (de donde está sacada la primera imagen). Los vecinos de la zona se quejan por los posibles problemas. Pero una parte de la sociedad alicantina alega que ese tipo de industrias fortalecerán la economía de la ciudad. En cuanto a partidos polítcos, como suele pasar los de la oposición se niegan a que se instalen las cementeras, mientras que los que gobiernan en la ciudad mantienen un discreto silencio.

Al margen de que estemos o no a favor de la proliferación de una zona industrial a escasos metros de viviendas, hay que reconocerle a esta gente (me refiero a las asociaciones de vecinos) su capacidad para mantener el enfrentamiento por lo que creen justo. Al menos en el caso de la planta de biodiesel, se ha demostrado que la unión hace la fuerza.

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